Se
conoce como psicópata a la persona que tiene un padecer mental. La principal
característica de un psicópata es la imposibilidad de crear relaciones
afectivas ante su entorno y de sentir remordimiento ante situaciones que
normalmente lo provocaría. En consecuencia, observa a los seres humanos como
cosas u objetos que son esenciales para lograr sus objetivos. Es de destacar, que muchos psicópatas
comienzan su carrera de abusos en la infancia, a través del consumo de drogas,
alcohol, del engaño, violencia hacia sus compañeros o familiares, entre otras
conductas, que muchas veces es vista como conducta antisocial. Asimismo, el
psicópata no es sinónimo de persona que mata o asesina, aunque en algunos
casos, el nivel de excitación que le provoca al psicópata matar o asesinar lo
lleva a realizar repetidamente los mismos. Los psicópatas y sociópatas son muy
parecidos pero poseen comportamientos que los distingue uno de otro. A pesar de
ello, como rasgos en común presentan comportamientos violentos y sin ningún tipo
de remordimientos por sus actos, son indiferentes a los derechos y normas
sociales.
Los
psicópatas son un desafío moderno a la justicia, para mi parecer la justicia no
puede hacer nada por estas personas, ellos tienen un desorden mental
incontrolable, a pesar de que los encierren en la cárcel, ellos no cambiaran su
comportamiento, ya que no le dan importancia a la vida y todo lo ven como malo.
No existe evidencia real sobre las posibles causas del trastorno de
personalidad antisocial, sin embargo, se cree que factores genéticos y
ambientales, como el maltrato infantil o el abuso infantil contribuyen a su
desarrollo. Las personas de padres antisociales o alcohólicos corren mayor
riesgo. Las prisiones contribuyen en mucho a desarrollar esta afección en las
personas. Las personas que tienen por costumbre maltratar a los animales
durante la infancia suelen estar ligadas al desarrollo de la personalidad
antisocial.
El
estudio objetivo y riguroso de los problemas mentales es relativamente nuevo.
En el siglo XIX surgió por primera vez el concepto de "enfermedad
mental" y la psiquiatría haría su ingreso definitivo a la medicina. Hasta
el siglo XX los enfermos mentales eran recluidos en asilos donde recibían
"tratamientos morales" con el fin de disminuir su "confusión
mental" y "restituir la razón". En los años treinta se
introdujeron varias prácticas médicas controvertidas, incluyendo la inducción
artificial de convulsiones (por medio de electroshock, insulina y otras drogas)
o mediante cercenar porciones del cerebro (lobotomía o leucotomía). Ambos
procedimientos se usaron ampliamente en psiquiatría, pero hubo mucha oposición
basadas en cuestionamientos morales, efectos nocivos o mal uso. En los años
cincuenta nuevas drogas, especialmente el anti psicótico clorpromazina, fueron
diseñadas en laboratorios y gradualmente suplantaron a los tratamientos más
controvertidos. La ciencia ha tratado de buscarle solución a este problema, a
estas personas que tanto daño causan pero solo logran controlar su confusión mental
más no eliminarla.
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